La iluminación normal influye sobre como vemos lo que nos rodea, en cambio la iluminación dinámica va un paso más allá. Pues su objetivo no es solo ofrecer una luz regular y de calidad, esta nueva tecnología trata de producir sensaciones de bienestar.

La iluminación puede adaptarse a diferentes necesidades y estados de animo. Los cambios de brillo, tono y color logran producir estas sensaciones.

El sistema funciona modificando automáticamente la temperatura de color y la intensidad de luz a lo largo del día. Sin embargo existen algunas luminarias que contienen controles independientes consiguiendo así controlar el color y la intensidad.

Algunos de los estudios realizados señalan que el color y la intensidad de la luz pueden ayudar a calmar, revitalizar o concentrar la atención de las personas.

Es evidente que la iluminación dinámica abre un mundo de posibilidades para un gran número de ambientes.  Algunos de ellos serian los colegios o centros educativos creando espacios ideales de aprendizaje con lo cual los niños se mantienen concentrados y su rendimiento mejora significativamente.

Las oficinas son los espacios en donde más se aprovecha el uso de la iluminación dinámica al crear ambientes que aumentan la iniciativa de los equipos de trabajo y su rendimiento.

De la misma forma, espacios industriales como fábricas e incluso centros comerciales faltos de la luz natural pueden beneficiarse de esta tecnología. Ayudando así a los empleados a sentirse conectados con el exterior, mantenerse alerta y concentrados en su horario de trabajo.

Comprender lo que conlleva la iluminación dinámica es fundamental para adaptar este sistema adecuadamente en el espacio que necesites iluminar.

 

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